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risperdal

RUTINA

A lo largo de tu vida has pasado por momentos buenos y momentos malos, eso es normal, todo el mundo tiene altibajos. Has tenido momentos de alegría y de tristeza. De diversión y aburrimiento. De ilusión e indiferencia. De placer y dolor. De odio y lo otro. Todos esos sentimientos han ido moldeándote, tú eres lo que eres debido a todos esos estados de ánimo que has ido teniendo a lo largo de tu vida. Pero hay un estado de ánimo, una sensación para ser mas precisos, que te ha acompa~ado siempre en mayor o menor medida. Rutina. Ella ha globalizado más que ninguna otra sensación toda tu vida. Intentas no pensar en ello pero la rutina está ahí, te persigue, no te deja, siempre la tienes ahí detrás. Y no te gusta, odias la rutina. Lo peor de todo es la sensación de impotencia ante la rutina. Has aprendido a no dar importancia a tus sensaciones desagradables porque sabes que son pasajeras. Si estás pasando momentos de dolor, ya vendrán momentos de placer que te curen del dolor. Si estas aburrido, ya llegarán momentos de diversión. Si estas triste, sabes que más adelante algo hará que vuelvas a estar alegre. Esa ha sido siempre tu ley de vida más fiel, el saber que todo lo malo tiene un opuesto que lo neutraliza es lo que te ha dado fuerzas para seguir adelante. Pero la rutina siempre ha escapado a esta ley. La rutina no tiene ningún opuesto que pueda neutralizarla.

Alguien podría decir que el opuesto de la rutina es la variedad. Sí, es cierto, pero la variedad no es algo primario que puedas sentir como el placer y el dolor, o la alegría y la tristeza. Todos los sentimientos opuestos pelean entre ellos, a veces gana uno y a veces el otro, pero siempre se mantiene una cierta armonía. El dolor nunca es tan fuerte como para que el placer se quede sin posibilidades de ganar de nuevo. Pero la rutina juega con cartas marcadas, siempre tiene ventaja frente a la variedad. La variedad siempre tiende a ir perdiendo poco a poco frente a la rutina.

Está claro que algo no funciona bien. Hasta ahora siempre has tenido la ilusión de poder dominar a la rutina, pero te has dado cuenta de que es inútil, ella siempre guarda un as en la manga. Has intentado olvidarla, pero siempre vuelve a jugar. Maldita rutina, ¿quién te ha invitado a este juego afilado?

Has intentado ayudar a la variedad drogando tu cuerpo y tu mente, pero la rutina siempre ha acabado por ver tu farol. Has probado la locura, y has llegado a ganarla así, pero siempre se las ha arreglado para conseguir una revancha. La rutina siempre ha sido tu mayor rival, escribiendo esto te das cuenta de que siempre va a seguir jugando. No es posible librarse de ella. Si al menos pasaran cosas nuevas...

Quizás deberías ir pensando en llevarte bien con ella. Pero eso es imposible. Rutina, rutina..

1 comentario

Raquel -

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